El riesgo de ofender doblemente

Tirar a Arcadi Espada por la ventana

La Generalidad ha denunciado a Arcadi Espada por mantener "un discurso excluyente y discriminatorio que atente contra la dignidad y los derechos de las personas". Que una institución como la Generalidad, que tiene de presidente a alguien que se ha referido a los que no comulgan con sus tesis nacionalistas en Cataluña como "Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana..) con un pequeño bache en el ADN", denuncie a Espada antes de denunciarse a sí misma es cuando menos paradójico.

La excusa de la Generalidad para la denuncia son las tesis eugenésicas de Espada que han vuelto a estar en el candelero tras su última aparición en una abortada entrevista televisiva, donde Espada dejó con un palmo de narices al fullero entrevistador ante la trampa mediática que le había preparado para oponer sentimientos a flor de piel con razones fríamente abstractas. Cada vez que Espada habla o escribe habría que ponerle como frontispicio lo que escribía Robert Nozick en el prefacio de Anarquía, Estado y Utopía:

    "Muchos de esos argumentos y consideraciones los presento tan vigorosamente como puedo. De esta forma, corro el riesgo de ofender doblemente: por la tesis que expongo y por el hecho de proporcionar razones para sostenerla."

Espada, como Nozick, suele mantener tesis que ofenden al sentido común, entendiendo por tal esa ideología transversal -combinación del sermón del telediario, la homilía de los suplementos dominicales y el lavado de cerebro de las tertulias radiofónicas- que lleva a que todo el mundo piense más o menos lo mismo sobre todo. Pero todavía peor es que el autor de Contra Catalunya (es decir, contra el nacionalismo hegemónico en su región) trata de argumentar partiendo de axiomas claros a los que aplicando una lógica rigurosa llega a conclusiones que resultan siempre originales, ya nos parezcan luminosas o estúpidas.

Joseph Overton fue un teórico político que señaló que el rango de ideas que la gente admite como aceptable es el que marca la agenda social, aunque no les guste a los políticos que deben llevarla a cabo. Dicho rango se llama desde entonces "la ventana de Overton". Que dicha ventana sea más o menos estrecha, por tanto, depende en gran parte de que haya líderes intelectuales que se atrevan a desafiar las convenciones establecidas. De Sócrates a Nozick la historia de Occidente ha sido un éxito en la medida en la que los intelectuales que pretendían ampliar la ventana de Overton han resistido las amenazas del poder establecido. Santo Tomás de Aquino antes de llegar a ser considerado el filósofo "oficial" de la Iglesia Católica fue perseguido por su teoría teológica.

Ante una tesis "ofensiva" hay dos tipos de reacciones. La primera, la de la Generalidad, habitual entre los nacionalistas y la izquierda, es censora e inquisidora y trata de llevar al disidente ante los tribunales del orden público o del santo oficio. La segunda, por el contrario, sería la respuesta liberal: en lugar de montar un juicio sumarísimo organizar un Congreso de Filosofía para poder debatir las razones de Espada u otros teóricos favorables a una eugenesia "escandalosa" como Peter Singer o Peter Sloterdijk.

Es sintomático de la degeneración de la política y la cultura catalana que Arcadi Espada, en lugar de estar propuesto para los Premios Nacionales de Cataluña, pocos contribuyen como él a la proyección y enaltecimiento de la Cataluña en la senda de esos grandes periodistas que fueron Josep Pla y Josep Maria Planes, esté propuesto para el banquillo de los acusados. Porque es un símbolo de que otra Cataluña, libre, plural y ofensiva, no permanentemente "ofendida", es posible.



Santiago Navajas, Libertad Digital, 15 de marzo de 2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario